Durante el periodo postoperatorio, a excepción de aquellos casos en los que se pide reposo absoluto en cama, el reposo ocular se limita a evitar la maniobras que suban la presión ocular y la presión vascular que favorecerían el sangrado. Estas maniobras comprenden agacharse, llevar pesos, la tos y los estornudos, así como los esfuerzos en la defecación a causa del estreñimiento. Al contrario de lo que pudiera parecer, ver la televisión cómodamente sentado en un sofá enfrente de la pantalla, es una posición de reposo muy deseable para el postoperatorio ocular.