Las revisiones periódicas de la adaptación de nuestras lentes de contacto (LC) son necesarias para poder ratificar la integridad corneal, el estado de la conjuntiva y el nivel de producción de lágrima y así evitar complicaciones futuras. Se trata de valorar si hay algún cambio anatómico y/o fisiológico que pueda provocar una reacción adversa en nuestros ojos. Además, el uso prolongado de LC puede producir hipoestesia o pérdida de la sensibilidad corneal, pudiendo darnos una falsa sensación de confort.
Debemos que hacer un uso responsable siguiendo siempre las directrices de nuestro contactólogo.