La edad de inicio de uso de lentes de contacto viene determinada por la capacidad del adolescente de hacerse responsable del cuidado y mantenimiento, pudiéndose iniciar la adaptación entre los 11 y 14 años. En el otro extremo, el factor limitante en usuarios de avanzada edad es habitualmente la sequedad ocular, que provoca que la lente se deshidrate y resulte incómoda.