Es una técnica con una tasa de complicaciones severas muy baja. La operación es muy poco molesta. En el postoperatorio puede haber un enturbiamiento de la córnea transitorio.
Una de las claves de la inocuidad de la técnica es que los cambios bioquímicos que se producen en el colágeno son similares a los que se producen espontáneamente por el natural envejecimiento de la córnea. Simplemente adelantamos la rigidez corneal que nos llega con el paso de los años.