En absoluto, la luz es infrarroja, con lo cual no vemos nada, y esta no es absorbida por los tejidos oculares, al igual que los ultrasonidos, que son totalmente inocuos.
En absoluto, la luz es infrarroja, con lo cual no vemos nada, y esta no es absorbida por los tejidos oculares, al igual que los ultrasonidos, que son totalmente inocuos.