Vuelta al cole. ¡La revisión más importante del año!

Después de las vacaciones, de jugar en la piscina e ir a la playa, es hora de preparar a los niños y adolescentes para empezar un nuevo curso escolar 2022/2023.

Para asegurarnos un buen rendimiento académico es fundamental hacer una revisión oftalmológica completa a nuestros hijos.

¿Por qué es importante una revisión ocular después del verano?

Durante el verano, nuestros hijos están expuestos a horas bajo el sol, al agua y al ambiente seco. Estos factores podrían derivar a problemas oculares como el ojo seco, conjuntivitis e incluso pueden ocasionar daños superficiales en la conjuntiva o en la córnea. Es esencial detectar y asegurarnos de que nuestros hijos no acarrean ninguna afección que les entorpezca el aprendizaje escolar.

Con una revisión oftalmológica completa podemos controlar la evolución de la graduación y diagnosticar cualquier problema visual. Recordamos que la prevención es clave y que los problemas oculares deben diagnosticarse y tratarse a tiempo para obtener un buen pronóstico, especialmente en los más pequeños de la casa.

¿A qué edades es importante hacer una revisión a nuestros hijos?

• En los primeros meses de vida se recomienda hacer una primera exploración oftalmológica en los bebés, para descartar anomalías congénitas u otros problemas oculares.
• Entre los 3 y 6 años de edad es un periodo fundamental, especialmente para diagnosticar y tratar a tiempo el ojo vago y el estrabismo.
• En los niños de entre 6 y 12 años recomendamos revisiones periódicas para detectar astigmatismo, hipermetropía, miopía, estrabismo u ojo vago y así evitar que no tengan un efecto negativo en el aprendizaje y el desarrollo escolar.
• En los adolescentes de 12 a 18 años aconsejamos realizar revisiones oftalmológicas anuales o bienales, aunque la frecuencia siempre será en función de cada caso en concreto.

¿Y si nuestros hijos no se quejan de tener mala visión?

Es habitual que los niños, en edades tempranas, no sepan distinguir entre ver bien y ver mal y, por tanto, muchas veces no expresan incomodidad visual. Tan es así, que estos niños pueden acarrear durante años problemas visuales que, de no ser tratados, pueden ser irreversibles. Por ello, recomendamos acudir siempre a los controles oftalmológicos, aunque nuestros hijos no tengan una sintomatología aparente.

¿Cómo podemos detectar si nuestro hijo está teniendo dificultades visuales?

Hay ciertos comportamientos y signos que pueden denotar que nuestros hijos están experimentando dificultades visuales:

• El niño cierra un ojo durante algunas actividades
• Ladea la cabeza
• Frunce el ceño o guiña los ojos, especialmente al mirar objetos lejanos
• Experimenta mayores dificultades en la lectura para su edad, falta de interés o evitación de la actividad
• Tiene baja comprensión lectora
• Se acerca excesivamente a la página durante la lectura
• Padece lagrimeo o enrojecimiento de los ojos tras la actividad escolar

Una buena salud ocular es fundamental para el desarrollo intelectual y emocional de los niños.

Como hemos visto, las dificultades para leer y la falta de concentración pueden ser consecuencia de problemas visuales. Algunos tan sencillos como la necesidad de ajustar la graduación y otros más complejos como un estrabismo o un queratocono no diagnosticados.

Estos problemas visuales pueden ser erróneamente diagnosticados como Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) y tener un impacto negativo en el desarrollo intelectual y emocional de los niños.

En ICO disponemos de la Unidad de Oftalmología Pediátrica especializada en bebés, niños y adolescentes de 0 hasta los 18 años. Concerta cita con nuestros especialistas llamando al 934 155 637, nuestro equipo de Atención al Paciente te atenderá. Si lo prefieres puedes escribirnos por WhatsApp AQUÍ.

También os recordamos que, para cualquier imprevisto oftalmológico, disponemos de nuestro Servicio de Urgencias 24h apto para todas las edades.