Algunos tratamientos para el cáncer pueden producir efectos secundarios en la visión. Por esta razón, es importante que aquellas personas que están recibiendo tratamiento oncológico puedan someterse a una exploración oftalmológica, porque preparar adecuadamente el sistema ocular con tratamientos específicos, impedirá el desarrollo de secuelas en su visión a corto y a largo plazo.
El termino cáncer engloba un grupo numeroso de enfermedades que se caracterizan por el desarrollo de células anormales que se dividen, crecen y se diseminan sin control en cualquier parte del cuerpo.
Las células normales se dividen y mueren durante un periodo de tiempo programado, sin embargo, las células cancerosas pierden la capacidad de morir y se dividen casi sin límite. Tal multiplicación de células llega a formar unas masas denominadas tumores o neoplasias que en su expansión pueden destruir y sustituir a los tejidos normales.
El comportamiento, pronóstico y tratamiento de los diversos tipos de cáncer, incluso dentro de las distintas fases evolutivas de un mismo tumor, son muy variables. El cáncer evoluciona extendiéndose a los tejidos y órganos vecinos a través de un proceso de invasión, emigrando e infiltrando directamente las áreas contiguas. Es lo que se denomina invasión local.
Las células tumorales pueden invadir los vasos sanguíneos y linfáticos y viajar a través de ellos hasta otros órganos o tejidos en los que pueden implantarse. Estos nuevos focos de enfermedad son lo que llamamos metástasis, enfermedad a distancia o enfermedad secundaria, en contraposición al foco inicial del tumor que se designa como tumor primario o primitivo.
Los tratamientos que se usan para tratar el cáncer son:
La radioterapia usa altas dosis de radiaciones ionizantes para destruir las células cancerosas y reducir los tumores. La quimioterapia utiliza fármacos para destruir también las células cancerosas. Ambos tratamientos pueden afectar a muchas células sanas causando efectos secundarios.
Los efectos secundarios de la quimioterapia a nivel ocular son numerosos, afectando a todas las estructuras del ojo. Pueden producir:
Fármacos quimioterápicos a vigilar especialmente por su afectación ocular y visual son: tamoxifeno, 5fluorouracilo, metotrexato, cisplatino, citarabina, interferón, paclitaxel y docitaxel.
La radioterapia, cuando se aplica en tumores de la cabeza y cuello, puede alcanzar de alguna manera a las estructuras oculares. Este efecto muchas veces es inevitable si el radioterapeuta quiere destruir completamente un tumor maligno. Pueden producirse cataratas, inflamación del nervio óptico (neuritis óptica), inflamaciones y afectaciones vasculares de la retina (retinitis, edema macular, etc). En las estructuras externas puede haber problemas cutáneos en los párpados, retracciones como el entropion y el ectropion, ojo seco de todos los tipos, conjuntivitis e inflamaciones de la córnea.
El uso progresivo de agentes quimioterápicos ha conseguido prolongar la supervivencia de los pacientes cancerosos. En consecuencia el oftalmólogo ve más pacientes con efectos adversos oculares de estos antineoplasicos. Entender los efectos adversos oculares ayudará al oftalmólogo y al oncólogo a reconocerlos en sus estados más tempranos e intervenir antes de que los problemas sean graves o irreversibles.
Cuando se administran medicamentos con efectos colaterales oculares, o cuando se aplica radioterapia en cabeza y cuello, se deberían realizar controles oftalmológicos periódicos. Así que las exploraciones de los ojos deben empezar antes de iniciar cualquier tratamiento y cada tres meses.
El paciente oncológico necesita mucho coraje para afrontar una travesía difícil y gran parte del éxito va a depender de la determinación y la voluntad de vivir de la persona afectada. Por eso, en todo este proceso, el apoyo y la ayuda de los oftalmólogos especializados de VERTE Oftalmología Barcelona, pueden ayudar a formar el soporte necesario para contribuir a mejorar la calidad de vida del paciente oncológico que lucha contra la enfermedad y contra el desconocimiento.