“Me dijeron que me quedaría ciega y ahora escribo poemas sin usar gafas”
Juana de las Muelas, de 87 años
Entrevista a paciente: Juana de las Muelas, de 87 años
Juana de las Muelas era muy joven cuando recibió una noticia que heló su sangre: “te quedarás ciega”, le dijeron. Y ella se asustó. Claro que se asustó. ¡Cómo no se iba a preocupar ante semejante noticia! Alguien le habló de la Dra. Susana Duch. Le dijo maravillas. “Es muy buena. Ve, visítala… Pide una segunda opinión”, le aconsejaron. Y eso es lo que hizo. ¡Estamos hablando de hace casi 30 años! Ahora, a sus 87 años, recuerda aquellos días llevada de la emoción y, también, por qué no decirlo, de una pizca de nostalgia. Pudo quedarse ciega, en efecto, pero ahora mismo disfruta de una visión más que notable para una persona de su edad. Y escribe poemas sin necesidad de utilizar gafas. ¿Qué más se puede pedir…?
Menudo susto le dieron....
Imagínate, hijo. Me quedé petrificada. Quedarme ciega… ¿Y qué haré?, ¿cómo viviré? Fue horrible. El mundo se me vino encima. Todo tembló bajo mis pies. Eran tan joven, entonces. Tendría, yo que sé qué edad... Ni me acuerdo. Muy joven, sí.
Pero la doctora Duch.
Ella me calmó. Eso fue lo primero que hizo. Me dijo que tranquila, que de quedarme ciega, nada de nada. No sé que edad tendría en aquel entonces pero se la veía tan joven, tan segura de sí misma, tan confiada…
¿Cuál fue el diagnóstico?
Glaucoma en los dos ojos. Eso fue me lo que me dijo. Y también me anunció que, después, llegarían las cataratas.
Y la doctora Duch se puso manos a la obra…
Sí. Me operó del ojo derecho y, nueve meses después, del izquierdo. Utilizó una técnica innovadora, no recuerdo el nombre. Fue una técnica pionera en España, eso sí lo sé. ¡Qué manos tiene la doctora Duch!
La intervención fue un completo éxito.
Del todo, hijo. No sé qué hizo pero, para mí, fue un milagro. Jamás tuve problemas de visión. Ni siquiera necesito gafas para leer. Es increíble. A lo largo de los años he sufrido algunas alergias, problemas conjuntivales… pero nada grave. Ha bastado un simple tratamiento. Siempre he acudido a ICO. Creo que llevo con ellos desde que empezaron… Soy una de sus primeras pacientes, sin duda.
¿Satisfecha, pues…?
No te puedes imaginar hasta que punto, hijo. En mi juventud, cursé estudios muy básicos. Ya sabes, todo era muy difícil en aquellos días. Me refiero a la España en blanco y negro. Me hice enfermera militar. Me encantan los pacientes, adoro a la humanidad… Por eso, estoy tan agradecida a la doctora Duch y a todo el equipo de ICO. Porque valoro lo bien que me tratan, las atenciones que recibo… Son tan profesionales, tan rigurosos en su trabajo… Da gusto.
¿Continuas en tratamiento?
Sí. Nunca dejo de ir a ICO. Y eso que vivo en Lleida. Acudo cada seis meses, más o menos. A veces, acorto las visitas; otras, las alargo. En todo caso, me va fenomenal. Tengo una visión fantástica. Bueno, es verdad que a veces se me secan los ojos un poco pero, ¿qué menos se puede esperar…? Me pongo unas gotitas de suero fisiológico o una pomada que los lubrica y, como nueva.
Y continuas con tu actividad normal…
Soy una gran lectora. Leo todo lo que cae en mis manos, todos aquellos libros que me estimulan en mi día a día. Y, modestia aparte, también escribo. De hecho, estoy inmersa en un libro de poemas que quisiera publicar en septiembre, si todo va bien. Son vivencias personales… Una colección de 60 u 80 poemas que me surgen del alma, ya sabes, muy de dentro… La vida se me escapa, pero esos poemas son parte mía, de mi ser.
Qué importantes son los ojos, ¿no te parece?
Fundamentales. Sin ojos solo hay oscuridad. La cabeza, los ojos y las piernas… Esas son las partes esenciales, en mi opinión. Tengo mil achaques, me caí y me rompí el fémur y la muñeca izquierda, a veces me duele un montón la espalda pero, los ojos…. Tengo una buena visión. Y puedo escribir. Soy feliz por ello.