Lo han hecho por ti, por todos.

29/06/2020

Cuando la responsabilidad y la implicación personal se transforman en vocación. ¡Gracias!

Durante estos tres últimos meses, han sido muchas las personas que se han volcado en la lucha contra el COVID·19. En especial, el equipo sanitario y todos aquellos que han trabajado en los hospitales sin descanso para salir adelante.

Este ha sido el caso de algunos de los profesionales de VERTE Oftalmología Barcelona, que además de mantener el contacto con nuestros pacientes mediante teleasistencia, han trabajado presencialmente en sus respectivos hospitales, ya sea en primera línea con enfermos de COVID·19, en asistencia telefónica hablando con los familiares de estos, o bien manteniendo la actividad oftalmológica urgente.

Esta semana, hemos tenido la oportunidad de entrevistar a siete de estos profesionales: Dra. Magela Garat, Dra. Carme Macià, Dra. Cristina Vendrell, Dr. José Ignacio Vela, Dra. Lorena Pereira, Dra. Carmen del Águila y Dr. Jaume Crespí, a quienes nos gustaría agradecer su fantástica labor.

Cada uno de ellos ha compartido con nosotros su experiencia personal, y aunque los testimonios sean diferentes, tienen un claro denominador común: han vivido situaciones realmente duras; con incertidumbre, angustia y miedo. Pero también con mucha humanidad, solidaridad, compañerismo y vocación médica.

La transformación de los hospitales

La Dra. Carmen del Águila nos ha contado que “…en 25 años que llevo como médico, esto ha sido lo más impactante que he vivido hasta el momento. Ha sido como un juego de rol”.  Y es que en cuestión de días, los hospitales dieron un giro de ciento ochenta grados.

De tener una actividad normal, pasaron a estar desbordados de pacientes con coronavirus. La Dra. del Águila es jefe de Servicio de Oftalmología del hospital Sant Joan de Déu de Martorell (Barcelona). Allí, los pacientes con COVID·19 eran un 85% de los ingresados. En otros hospitales, el porcentaje era incluso más elevado como es el caso del Hospital de Viladecans, donde también dirigió el Servicio de Oftalmología durante el confinamiento la Dra. Cristina Vendrell, en el que las 110 camas disponibles estaban ocupadas por casos de coronavirus.

De poder tener acompañantes al lado del enfermo, se pasó al aislamiento absoluto. Pacientes y familiares estrictamente separados para evitar el contagio. Del contacto humano entre sanitarios y pacientes, se pasó a pasillos transitados por figuras cubiertas de pies a cabeza, a las que se reconocía y distinguía únicamente por el nombre pegado en sus batas.

En general, el material de protección tardó unas semanas en llegar, por lo que gran parte del personal de los hospitales se tuvo que exponer al virus, arriesgándose a contagiarse y consecuentemente, a contagiar a sus familias. A pesar del miedo, la angustia y la situación límite en la que se encontraron, todos se organizaron y se pusieron en marcha para salir adelante.

El trabajo en primera línea: la experiencia en un hospital de campaña

Aunque las Unidades más implicadas en primera línea fueron Medicina interna, Medicina Intensiva, Anestesia y Urgencias, llegó tal punto de saturación y desbordamiento, que se necesitó que algunos profesionales de otras especialidades no habituadas a la medicina de planta, acudieran para ofrecer un refuerzo.

En el Hospital Moisès Broggi (Sant Joan Despí) dónde trabajan la Dra. Magela Garat y la Dra. Carme Macià, se pidieron voluntarios en la Unidad de Oftalmología.  A pesar del riesgo, la Unidad entera se ofreció voluntaria. Como compartió la Dra. Garat, “…te das cuenta de que la mayoría de médicos lo son por vocación. Cuando empezó todo, teníamos sensación de impotencia, de querer hacer algo. Deseábamos ayudar sobre todo en los momentos difíciles. Es un sentimiento inexplicable”. En la lista de voluntarios situaron primero a aquellos con menor riesgo de contagio a terceras personas, como los profesionales jóvenes que vivían solos. En el caso de la Dra. Garat y Macià, no llegaron a primera línea porque la curva de infectados disminuyó antes de que llegara su turno.

El Dr. Jaume Crespí, que trabaja en el Hospital de Sant Pau (Barcelona), sí que tuvo que estar en primera línea. En su caso, fue transferido durante el pico de la segunda quincena de abril al Polideportivo situado cerca del mismo Hospital de Sant Pau, un espacio convertido en Hospital de campaña de 80 camas.

Al ser oftalmólogo, el Dr. Crespí se enfrentó a un tipo de clínica muy distinto al que estaba acostumbrado por su especialidad. Al igual que muchos otros médicos, se apoyó en el compañerismo dentro de su equipo. Integrado por cinco personas, era un equipo muy heterogéneo. Había desde “R0”, jóvenes recién graduados de Medicina pero sin haber realizado el examen de MIR, hasta médicos adjuntos externos, así como del propio Hospital de Sant Pau. Su equipo, al igual que los demás equipos, contaba con un líder del grupo que tenía los mayores conocimientos sobre cómo tratar a los enfermos de COVID·19.

Dr. Jaume Crespí - COVID·19Desgraciadamente, en el caso del Dr. Crespí y su equipo, no fueron bien protegidos. Utilizaron la misma protección que se usa en una cirugía de cataratas, insuficiente para protegerles del coronavirus. Por ello, el Dr. Crespí extremó las precauciones de seguridad dentro de su casa, incluyendo nuevos hábitos como cambiarse de ropa cada vez que entraba en casa, permanecer aislado del resto de la familia, dormir en una habitación individual, lo cual “…fue psicológicamente agotador”.

El trabajo en segunda línea: la importancia de la parte humana

Los médicos nos aseguran que la segunda y tercera línea en esta lucha han sido fundamentales. Son las que han permitido que los profesionales que estaban en primera, se centraran en la actividad médica, quitándoles carga con la parte administrativa como son la elaboración de informes de alta, la petición de PCR, etc.

Sobre todo, han sido clave en la parte humana. Gracias a aquellos que trabajaron en segunda línea, se pudo mantener el contacto con los familiares de los enfermos. Dada la gravedad del COVID·19 y su alta tasa de mortalidad, las familias han sufrido por la incertidumbre de no saber en qué estado se encontraba su familiar. Por ello, en varios hospitales de los médicos entrevistados, la Unidad de Oftalmología tomó la iniciativa de encargarse de las llamadas a los familiares.

En el caso de la Dra. Carmen del Águila, Dra. Lorena Pereira, Dra. Cristina Vendrell, Dra. Carme Macià y Dra. Magela Garat, realizaron decenas de llamadas diarias tanto a los familiares de los pacientes ingresados en planta, como de los que estaban en Urgencias. Una tarea que, en la mayoría de los casos, se desempeñaba de lunes a domingo sin descanso.

No eran llamadas fáciles de hacer, fue un trabajo de mucha tensión psicológica. En muchas ocasiones, tuvieron que comunicar malas noticias. En el Hospital de Viladecans, la Dra. Vendrell implementó junto a su equipo un sistema más activo de videollamadas para que los pacientes graves pudieran despedirse de sus familiares a tiempo. La Dra. Vendrell nos aseguró, “…lo he vivido muy de cerca. Ha sido muy, muy duro”.

Por otra parte, tanto los pacientes como las familias han mostrado un enorme agradecimiento por haberles mantenido informados y hacerles sentir acompañados. La Dra. Garat nos explicó que “…te das cuenta de las cosas realmente importantes. La parte humana, el acompañamiento a las personas. Lo que más me llamó la atención fue el agradecimiento de la gente, tanto por los familiares que llamábamos, como por los propios enfermos”.

La actividad oftalmológica también se mantiene activa

Mientras ocurrió la primera ola del COVID·19, no cesaron las urgencias oftalmológicas, por lo que algunos doctores como la Dra. Carme Macià, el Dr. José Ignacio Vela y el Dr. Jaume Crespí mantuvieron su actividad quirúrgica de los casos urgentes. No solo durante el día, sino tambíén en la noche mediante guardias nocturnas.

Además, todos los médicos de ICO han seguido en contacto telefónico con sus pacientes, y han asistido aquellos casos que se les ha derivado mediante el servicio de Teleasistencia, un servicio que ha tenido un enorme éxito. A pesar de realizar decenas de llamadas, el equipo está muy contento de haber podido estar por sus pacientes a pesar de las circunstancias. Como nos contó la Dra. Garat “…no eran llamadas únicamente de necesidad médica, sino de necesidad humana, de hablar con alguien. He hecho muchas llamadas, pero colgaba con una sonrisa de oreja a oreja”.

La Dra. Macià añadió con optimismo que gracias a la tecnología se puede hacer medicina telemáticamente. De hecho, en muchas ocasiones, es más eficiente y más seguro para los pacientes que se ahorran el trayecto, así como para los propios médicos: “muchas veces los pacientes se han mostrado agradecidos de evitar venir hasta aquí si podíamos evitarlo”.

Todos hemos aprendido algo de esta experiencia.

A pesar de haber vivido una situación terrible, el equipo sanitario ha sido capaz de llevarse algunos aprendizajes positivos.

Gracias a la lucha contra un enemigo común, como explicó la Dra. del Águila, en algunos hospitales, sobre todo los pequeños, se ha generado una gran unión: “hemos colaborado juntos y ahora estamos más unidos a pesar de ser de distintas especialidades”.  En el caso del Dr. Vela, se reafirmó la unión ya existente en su equipo de Sant Pau: “la experiencia reforzó la unión que ya teníamos”.

No se trata únicamente de una cohesión entre especialidades. También es una unión entre profesionales, sin importar el cargo. Como explicó la Dra. Pereira, “…siempre íbamos los médicos por un lado, las enfermeras por el otro. Pero ahora, hay más unión entre todos. Hemos pasado una crisis muy grande que no debe quedar en el olvido, sino servir para mantener la unión de todo aquel que trabaja en Sanidad para pedir por nuestros derechos y reclamar que debe haber una mejoría”.

Debemos mucho al equipo que ha trabajado sin descanso. No solamente a los médicos, sino a las enfermeras y enfermeros, auxiliares y trabajadores de la limpieza. La Dra. del Águila aseguró que en esta situación “ha habido cosas muy bonitas. La gente ha trabajado por solidaridad, compañerismo y ganas de sacar las cosas adelante. Aquí ha habido personas con salarios bajos dejándose los días. La cosa no iba de dinero”.

El coronavirus no ha terminado.

Finalmente, nos gustaría transmitir un mensaje de responsabilidad. El coronavirus no ha terminado y todos, como sociedad, debemos hacer un esfuerzo para no olvidar lo que ha ocurrido y mantenernos alerta con las medidas de seguridad recomendadas. Como bien dijo la Dra. Vendrell, es nuestro deber pensar en los demás. “Se nos ha protegido demasiado y no se sabe lo que hemos vivido ahí dentro. Esto no ha terminado, y es el momento de pensar en el bien de la comunidad y no solo en lo que nos conviene a nosotros”.

Estamos muy orgullosos de la labor realizada por nuestro equipo médico. Gracias por vuestro compromiso con la sociedad, así como por el valor, solidaridad y vocación médica que habéis demostrado tener una vez más.

Gràcies / Gracias / Thank you

Creado: 29/06/2020 / Actualizado: 23/11/2024

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