Las lentes monofocales prémium de Anna
Anna ha dejado de usar gafas con lentes monofocales prémium
“Se me hacía muy pesado tener que llevar siempre gafas y también era importante para mí poder ver con más claridad”
Anna es una paciente de ICO que quería dejar de usar las gafas para mejorar su calidad de vida. Después de un estudio completo, el Dr. David Andreu y su equipo le recomendaron la extracción del cristalino y la implantación de unas lentes monofocales prémium. Nos explica por qué estas lentes eran las más adecuadas para ella, cómo ha recuperado de nuevo la nitidez e, incluso, ha ganado agudeza visual.
Anna, ¿por qué te viniste a visitar en ICO?
Un día le pregunté a mi oftalmólogo por el tema de la operación y fue él mismo quién me derivó a ICO.
¿Por qué motivo querías dejar de usar gafas?
Yo tengo hipermetropía y astigmatismo muy elevados y, además, solo tengo un 80% de agudeza visual. Esto hacía que tuviera que llevar gafas continuamente y las gafas, al ser de alta graduación, tenían un coste muy elevado, y claro, este coste también implicaba que no me las pudiera cambiar tan fácilmente… Mi intención no era mejorar la agudeza visual, a pesar de que he mejorado un poco, sino incrementar la calidad de vida. Se me hacía muy pesado tener que llevar siempre las gafas y también era importante para mí poder ver con más claridad. Llega un momento en que llevar gafas tampoco te da una visión muy nítida de las cosas, siempre tienes un cristal delante que tiene que estar muy limpio, no puede estar rayado… Y a pesar de que he llevado gafas toda mi vida, es mucho más funcional no llevarlas. Por eso, fui a informarme en ICO, para ver en qué situación me podía encontrar y qué me podían ofrecer.
Entonces, para saber si era realmente apta o no, me hicieron todo un estudio y luego valoré si quería hacerlo o no.
¿Qué cirugía te recomendaron para prescindir del uso de gafas?
Para la situación de mis ojos y mi edad me dijeron que era mejor sustituir el cristalino por una lente con la graduación que me correspondiera. La misma lente que llevaría con las gafas, pero dentro del ojo. Me explicaron los tipos de lentes que existían y porque a mí me recomendaban una y no la otra. Como tengo una graduación elevada no me podía hacer láser, necesitaba otro tipo de operación más compleja.
¿A qué se debe que no tengas el 100% de la visión?
Esto se debe al hecho de que de pequeña tenía los ojos ligeramente vagos. Cuando somos pequeños y tenemos que llevar gafas, pero no nos las ponemos, no estimulamos los ojos y, entonces, la visión no se desarrolla bien. De aquí viene este 80% de visión, de no hacer caso a lo que te dicen de pequeña; que tienes que llevar las gafas, que tienes que hacer estos ejercicios… Es una lucha que tienen tus padres hacia ti, junto con la escuela, pero tú te muestras rebelde porque no vas cómodo… Además, en aquel momento, cuando era más pequeña, las gafas no eran estéticas como lo son ahora. Te rebelas contra todo esto y la factura que pagas es un ojo no ejercitado, un ojo vago, y cuando eres mayor ya no puedes hacer nada para recuperar esta visión.
¿Por qué te recomendaron las lentes monofocales prémium?
Me comentaron que, en general, hay tres lentes, las lentes monofocales, las lentes monofocales prémium y las lentes trifocales. Con las primeras enfocas solamente a larga distancia, con las segundas el enfoque se extiende hacia la visión intermedia, y las terceras intentan cubrir a corta, media y larga distancia. En la consulta, la D.O.O Montse Ortiz me explicó que, en mi caso, si me ponía las lentes trifocales, había riesgo de tener mala calidad visual. Me dijo: «Tú piensa que tienes una visión que no llegará al 100%, igual que no llegas ahora con las gafas, por lo tanto, lo que tenemos que priorizar es ver sin interferencias». Entonces, me dijo que esta lente, junto con la nitidez que me aportaría, podía hacerme independiente de llevar gafas en muchas situaciones de la vida. Nunca me descartaron que en un futuro tuviera que llevarlas para ver de cerca, cosa que afortunadamente no las estoy necesitando.
Yo le dije, de acuerdo, entiendo lo que me dices, pero necesito más opiniones, porque una cirugía ocular me hacía un poco de cosa. Sé que el porcentaje de éxito es muy elevado, pero cuando se trata de tus ojos cuesta más, y fui a mirar otras opiniones y presupuestos.
¿Qué te recomendaron en los otros centros donde te visitaste?
Fui a dos sitios más, y ¿qué pasó? Que en estos otros lugares me orientaron hacia ponerme una lente trifocal. Después volví a ICO y les dije, no entiendo por qué en los otros dos centros me recomiendan las trifocales y vosotros me decís las monofocales prémium. Me volvieron a explicar por qué creían que en mi caso era mejor ponerme las lentes monofocales prémium y, después de que me explicaran el motivo, sentí la confianza y la seguridad que necesitaba, así que decidí hacerlo.
¿Cómo fue la cirugía y la experiencia en quirófano?
Muy bien, sí, sí. Con el primer ojo no sabes dónde vas, vas a la expectativa, pero me sentí muy cómoda. El Dr. David Andreu me explicó en todo momento lo que me hacían o me dejaban de hacer, y cuál era el siguiente paso. La verdad es que fue muy rápido y muy bien. No me habría esperado nunca que fuera así. Mientras te hacen la cirugía casi no te das cuenta de nada, pero hay una parte de conciencia del ojo y ves borroso. Yo estaba muy mentalizada de lo que iba a hacer. Tenía muy claro que me lo quería hacer y la verdad es que no tengo ninguna queja. Fue muy bien.
¿Qué sensación tuviste al salir de quirófano?
Recuerdo la sensación de abrir el ojo y ver. Recién operado lo tienes muy acuoso, no ves nítido, pero ves. Me operaron una semana un ojo y después, a la siguiente, el otro.
La primera semana fue de adaptación, porque tenía un ojo operado, que todavía tenía que acabar de ajustar la información que daba al cerebro y al revés, y, además, tenía un ojo no operado con alta graduación y sin gafas. Iba muy descompensada en cuanto a la graduación, podría haber quitado el cristal y haberme puesto las gafas, pero no lo hice. Fui trampeando. Intentaba no hacer cosas en las que notara que enfocaba diferente con los dos ojos como por ejemplo leer.
¿Y con los dos ojos operados?
Cuando me hicieron el segundo ojo aprecié más el proceso de adaptación a la lente, porque con el otro ojo ya veía bien. La primera sensación que recuerdo de tener los dos ojos operados es la nitidez. Cuando tienes un cristal, aunque sea a pocos milímetros del ojo, quieras o no pierdes parte de nitidez de las cosas que ves, y, cuando el ojo es funcional, después de la operación, todo lo ves clarísimo, como si lo estuvieras mirando a través de un cristal muy limpio. Esta es la sensación que tenía. Entonces, recordé lo qué me dijeron en la consulta, que las lentes tenían que ser monofocales prémium porque si no tendría demasiadas interferencias… y tenían razón.
Ahora que ya hace medio año que no llevas gafas, ¿cómo ves?
Fantástico. Me habían dicho que podía ser que tuviera que llevar gafas para ver de cerca, para mirar el ordenador… Hoy en día no las necesito, mi ojo se ha adaptado muy bien. También me dijeron: «No descartes que acabes necesitando gafas de estas de lupa de 1,5 dioptrías para ver el ordenador». No necesito nada...
De algún modo, los doctores también se maravillaron del hecho de que vea tan bien de cerca sin necesidad de gafas. Hoy por hoy veo fenomenal, muy contenta. Es muy práctico el hecho de no tener que llevar las gafas siempre encima, el hecho de poder ver bien en cualquier situación, ver con claridad o poder leer un libro o los letreros con nitidez…
Si llevas gafas, para conseguir nitidez tienes que estar siempre pendiente de la limpieza. Además, yo me esforzaba mucho, porque cualquier pequeña migaja hacía que tu visión no fuera óptima, era muy pesado. Quieras o no las gafas tienen un desgaste y cuando empiezan a estarlo, pero no lo están suficiente como para cambiarlas, es cuando realmente ves esta deficiencia en la visión. También te das cuenta de la diferencia de tener la lente interna que, aparte de poder ver de lejos, de medio y de cerca, te aporta esta pulcritud, nitidez y claridad. Esto para mí es esencial.
¿Antes nos comentabas que has recuperado un poco de agudeza visual?
Un poquito, sí, el porcentaje no lo sé. Mi visión ya no da más de sí, pero sí que es verdad que he recuperado un poquito. Para mí es mucho, para ellos deben de ser décimas de tanto por ciento, no lo sé. También, el hecho de ver las cosas con más nitidez te aporta más agudeza visual.
¿Quieres añadir alguna cosa más?
Realmente estoy superagradecida de los profesionales de ICO, fueron muy próximos durante todo el proceso y me hicieron sentir bien en todo momento. Cuando tú estás contenta la gente lo ve. También ven que antes estaba en la oficina con las gafas y ahora no las necesito.
Si me preguntan aprovecho para explicarles mi experiencia y les recomiendo hacerlo en ICO. Estoy satisfecha de todo, del trato, de la cirugía, de todo.
Anna no se imaginaba la libertad y la calidad de vida que le supondría dejar de usar gafas y estamos muy contentos de haber podido hacerlo realidad. Si tú también quieres saber qué se siente al dejar de usar gafas, puedes pedir una primera visita en la que te harán todas las pruebas y te recomendarán la mejor cirugía para tu caso. Si quieres más información puedes contactar con nuestro equipo de Atención al Paciente telefoneando al 934 155 637 o si lo prefieres puedes enviar un WhatsApp AQUÍ.