El valor de las tecnologías como gran herramienta para compensar la baja visión
Roberto es paciente de VERTE desde hace 23 años. Tiene 86 años y ha escrito un libro de relatos cortos llamado Historias de otros. Actualmente tiene un 5% de visión. Es un ejemplo vivo de la importancia de la perseverancia en el cuidado de los ojos y de las nuevas tecnologías en el apoyo a la baja visión.
En este artículo hablamos con Roberto, un paciente de 86 años, con miopía magna desde la infancia. La miopía magna es la que supera las 6 dioptrías, e incrementa el riesgo de padecer complicaciones oculares como: maculopatía miópica, glaucoma, desprendimiento de retina o catarata prematura. Es una patología potencialmente discapacitante porque el alargamiento excesivo del ojo puede provocar la atrofia progresiva de la retina y la coroides en la parte posterior del ojo. Esto afecta la percepción de detalles finos y la visión central, lo que puede resultar en pérdida de visión significativa. En nuestro país, este tipo de miopía es la primera causa de afiliación a la Organización Nacional de Ciegos de España (ONCE).
Creemos que el relato de Roberto es una fuente de inspiración para nuestros pacientes que atraviesan situaciones similares y estamos encantados de que nos cuente su historia.
La historia de Roberto: un ejemplo de constancia y confianza
Roberto es un paciente muy especial para nosotros. Lleva 23 años confiando en nuestra clínica, ¡es el paciente número 330 de los 330.000 que hasta hoy hemos atendido en nuestras consultas!
Cuando llegó a nuestra clínica, Roberto conservaba la visión solamente en un ojo. Debido a su pronóstico, su caso suponía un desafío importante que consistía en preservar al máximo su capacidad visual, retrasando todo lo posible la inevitable pérdida visual de su ojo único.
En 2010, luchamos juntos para conservar su visión con la colocación de una válvula de glaucoma por la Dra. Susana Duch. Más tarde, en 2013, gracias al tratamiento con inyecciones intravítreas realizado por la Dra. Carme Macià, conseguimos estabilizar una hemorragia macular miópica.
No sabemos qué nos deparará el futuro, pero sabemos que gracias a su compromiso y asistencia periódica a todos los controles, y a la dedicación de nuestro equipo médico, hoy en día Roberto ha conseguido mantener el 5% de su visión a sus 86 años y mantenerse conectado con el mundo visual el máximo tiempo posible.
Su caso es un ejemplo de cómo ante enfermedades severas, el control continuo, las pruebas diagnósticas precisas y el compromiso tanto del paciente como del equipo médico pueden marcar la diferencia en la calidad de vida del paciente.
Roberto, cuéntanos un poco el origen de tu pérdida de visión
Desde niño, tenía miopía magna, con 14 dioptrías. Terminé el colegio y empecé a trabajar como actor. Más tarde trabajé en un banco y fue cuando decidí operarme porque la visión me dificultaba un poco el trabajo. Me pusieron una lente intraocular, pero con el tiempo me la tuvieron que quitar debido a complicaciones en la córnea. Esto, más la enfermedad del glaucoma, llevó a la pérdida progresiva de la visión de mis ojos, y ahora veo muy poco.
¿Cómo es tu día a día actualmente?
Sin ver se pueden hacer muy pocas cosas. Un día o dos a la semana voy a la ONCE y me distraigo allí. Hasta hace poco cogía el metro, pero actualmente voy en taxi. Me lo proporciona el ayuntamiento gracias a la Ley de Dependencia. Los días laborables, entre las empleadas del ayuntamiento que me vienen a ayudar a hacer la comida, limpiar el piso… pues más o menos estoy acompañado, y también viene mi hija con frecuencia que vive fuera.
¿Qué actividades realizas en la ONCE?
Hace 10 años que voy. Allí tenemos cine, tertulias, piscina… tenemos restaurante. Es como si fuera un club. Para ir a la ONCE hay que estar afiliado, y para estar afiliado hay que ver menos de un 10% (es la llamada ceguera legal), aunque no hayas sido nunca trabajador de ellos. Yo, por ejemplo, nunca he trabajado para la ONCE, pero puedo disfrutar de las ventajas de allí. Cada día tenemos alguna actividad para distraernos. También tenemos gimnasio si queremos asistir… Hay bastantes cosas.
¿Cuánto tiempo hace que tienes menos del 10% de agudeza visual?
Calculo que hará entre 10 y 15 años. Fue progresivo... Y en cuanto a mi vida profesional… Primero trabajé en un banco y todavía veía un poco, luego estuve en otra empresa, y luego hice de asesor laboral hasta jubilarme. He trabajado toda mi vida a pesar de mi poca agudeza visual, hasta los 65 años, siempre me las he apañado.
¿Qué papel juega la tecnología en tu día a día?
Yo uso mucho el teléfono iPhone, y como usted sabrá, tiene voz, como lo tienen ya todos los teléfonos. Si le pregunto en qué calle estoy, me contesta en voz alta, y luego puedes escribir notas de voz también, porque si alguien, por ejemplo, te da un teléfono, puedes decirle al teléfono: “Anótame tal cosa” y te lo anota. Quiero decir que te da un servicio muy importante. Esto te lo enseñan también en la ONCE, a manejar el teléfono.
¿Con qué otras cosas te ayuda usar el teléfono?
Le preguntas que te grabe algo y te lo graba… Y muchas cosas, los libros también los descargo en el teléfono y me los lee en voz alta... Me presta un gran servicio el teléfono. Por ejemplo, cuando estoy en una calle y no veo el letrero, pues me dice dónde estoy. Y qué más… Ah, también escribí un libro de relatos cortos y lo publiqué en Amazon. Se llama Historias de otros. Pero este lo escribí hace unos 10 años, cuando aún veía un poco con el ordenador. Lo escribí ya de jubilado. Ahora tengo 86 años… He visto mucho la evolución; estamos en otro mundo distinto al de hace 50 o 60 años. Yo nací prácticamente cuando terminó la guerra civil…
¿Sigues visitándote regularmente a nuestro centro?
Sí, voy cada 6 meses con la Dra. Carme Macià. Ella revisa que esté todo bien, que la enfermedad del glaucoma no avance más y que no tenga ningún problema añadido a los que ya tengo. Solo me funciona un ojo y ella mira que se mantenga igual. Pero no tengo cura porque es el nervio óptico el que está mal ahora.
La tecnología: un gran apoyo para la baja visión
Las nuevas tecnologías pueden transformar la vida de las personas con baja visión, ayudándoles a ganar independencia y mantenerse activos. Herramientas como los asistentes de voz, la lectura en formato audible o las aplicaciones de orientación facilitan tareas cotidianas, como recordar una dirección o leer.
Gracias a estos avances, Roberto puede escribir y compartir relatos, moverse con seguridad y acceder a información que antes le resultaría inaccesible. La tecnología no solo mejora su autonomía, sino que también contribuye a su bienestar emocional, manteniéndolo conectado y activo.
La importancia de la prevención y el cuidado ocular
En VERTE trabajamos cada día para mejorar la calidad de vida de nuestros pacientes, ayudándoles a mantener su agudeza visual y bienestar. La historia de Roberto nos recuerda la importancia de la detección temprana y las revisiones periódicas para controlar enfermedades como el glaucoma o la alta miopía, que en sus etapas iniciales son asintomáticas y solamente se detectan con una revisión oftalmológica completa.
Si tienes inquietudes sobre tu salud ocular, en VERTE estamos aquí para ayudarte. Pide tu revisión llamando al 934 155 637 o envíanos un WhatsApp AQUÍ. No olvides seguirnos en nuestro Instagram @verte_bcn para más información y consejos de nuestros profesionales.