“Las inyecciones intravítreas son mano de santo”

Habla con la sencillez y humildad de quien ya ha recorrido un largo camino por la vida. Flora González Montoya, nacida en Ciudad Real “pero con sesenta y tantos años de residencia en Catalunya, hijo, que ya soy tan catalana como la que más”, dice sonriendo, recuerda su primer contacto con ICO. “Veía mal por el ojo derecho, como nublado. Me molestaba mucho. Y me dijeron que viniera a ICO, que eran muy buenos médicos. Y la verdad es que sí, son muy majos. Me quieren mucho. Y yo les estoy muy agradecida. Me tratan con mucha atención y cariño”, explica.

¿Quién le habló por primera vez de ICO?

Con mi seguro médico, tenía un amplio abanico de posibilidades. Pero ya entonces me dijeron: “Flora, yo de Usted no me lo pensaba. Ve a ICO directa y que la traten allí. Verá como no se arrepentirá. Y eso es, justamente, lo que hice. Estoy muy contenta, sí…

…¿Y le practicaron una capsolutomía?

Yo no sé que qué es eso, hijo. No entiendo de esas cosas. Me operaron, sí. De eso sí me acuerdo. Pero los nombres... ¡Ufff! Se me van de la cabeza. Con los 87 años que tengo, ¿qué quieres?

Después llegaron las inyecciones intravítreas…

Uy, sí –exclama jocosa-. Ya me han puesto doce o catorce de esas… No sé cómo se llaman pero sí que me van muy bien. Me trata la doctora Carmen Macià de la Unidad de Retina y Vítreo, que es muy maja conmigo. Póngalo, por favor –pide-. Destáquelo porque estoy muy contenta con ella. Es muy atenta. Y tiene unas manos…

¿Por qué le ponen esas inyecciones intravítreas?

No sabría explicarle. Se me pone como un derrame en el ojo derecho y cada dos o tres meses me han de pinchar. Supongo que son las cosas de la edad, ¿no? Con 87 años, ¿qué no voy a tener?

¿Nota mejoría después del tratamiento?

Sí que la noto. Bueno, verá, los primeros dos o tres días noto una sensación extraña en el ojo derecho y veo como puntitos negros que luego me desaparecen. Después, ya estoy en la gloria. Son muy buenas esas inyecciones. Mano de santo.

No quiere despedirse sin hablar de su hija: “se murió con 50 años, en nochebuena. Qué fatalidad. Si usted la hubiera visto… Se fue a África, a Zaire y trabajó en un hospital. Siempre ayudando. Era tan buena…"

Historias de la vida.

La Dra. Macià nos cuenta el caso de Flora:

La paciente fue derivada a nuestro centro a finales del 2012 por la enfermedad que más frecuentemente causa pérdida de visión en su franja de edad: la degeneración macular asociada a la edad de tipo neovascular.

Esta enfermedad no deja ciego pero si produce una pérdida de la visión central, esa visión que necesitamos para leer, mirar el reloj, distinguir las caras, … de forma irreversible.

Hace unos 20 años no existían tratamientos para esta enfermedad e inevitablemente muchos pacientes perdían la visión central. Desde hace unos 10 años disponemos de unos tratamientos que se inyectan en la cavidad vítrea llamados fármacos antiVEGF, son unos anticuerpos que van dirigidos contra el factor de permeabilidad vascular, es un tratamiento biológico, con una alta especificidad para esta  molécula que se encuentra elevada de forma patológica en esta enfermedad.

El tratamiento no consigue recuperar la visión pero si que intenta parar la pérdida progresiva debida a esta enfermedad. A nivel de los tejidos lo que intenta el tratamiento es inactivar la membrana neovascular producida por esta enfermedad y cicatrizarla para evitar que persista la destrucción de fotorreceptores.

La paciente desde el 2012 ha recibido 24 inyecciones intravítreas consiguiendo en su caso estabilizar la enfermedad y mantener la misma agudeza visual que tenía al inicio que es de 0,4 en el ojo afectado.

La pauta de tratamiento con el tiempo ha ido cambiando, así recibió 3 inyecciones de dosis de carga al diagnóstico y posteriormente los primeros años esperábamos a que se activara la enfermedad antes de pautar una nueva inyección (pauta conocida como PRN). Hace ya unos años que hemos actualizado la pauta e inyectamos de forma periódica para evitar que se vuelva a activar la membrana neovascular (pauta conocida como "treat and extend"). Porque se ha visto que con esta segunda pauta evitamos que en cada activación de la enfermedad aumente la cicatriz retiniana y se vaya perdiendo agudeza visual progresivamente.

Como conclusión decir que gracias a los nuevos tratamientos para esta enfermedad y aunque tienen que hacerse de forma repetida y con controles periódicos, hemos cambiado radicalmente el curso de la degeneración macular asociada a la edad de tipo exudativo.