¿Te imaginas no poder leer y ver las líneas onduladas?

La mácula es el área central de la retina encargada de la visión central. Nos permite ver con claridad los detalles más pequeños en actividades como leer o reconocer rostros. Las patologías maculares, como el agujero macular, pueden causar una pérdida visual importante y, a menudo, requieren cirugía. Estas intervenciones se realizan mediante la vitrectomía, una técnica quirúrgica avanzada y mínimamente invasiva que ha experimentado grandes avances en los últimos años.

En este artículo hablamos con Victoria, una paciente diagnosticada con un agujero macular, quien comparte su experiencia personal desde el momento en que notó los primeros síntomas, pasando por el diagnóstico, la cirugía y la recuperación, hasta su visión actual. Con sus palabras, nos ayuda a entender la importancia de las revisiones oculares regulares y el papel clave del postoperatorio en el éxito de este tipo de tratamiento.

Victoria, ¿cómo te diste cuenta de que algo no iba bien?

Un día empecé a notar que, al leer, había partes de las palabras donde veía una mancha algo grisácea que no siempre estaba en el mismo lugar, se movía. Pensé que tal vez no era normal y decidí pedir cita con la Dra. Carme Macià porque me la habían recomendado mucho. Como pensaba que no era algo urgente, la pedí para más adelante.

Entonces, un día estaba en la Rambla de Catalunya y mi marido entró a una tienda. Yo me quedé fuera esperando y cerré un ojo, y me di cuenta de que con ese ojo veía el cartel de la Rambla de Catalunya, pero con el otro veía la palabra "Rambla" y "Catalunya", pero el "de" del medio desaparecía, no estaba. Ahí me asusté, pensé que era extraño… Además, las letras fluctuaban, aparecían y desaparecían. Decidí ir a urgencias.

¿Cómo recibiste el diagnóstico?

Me adelantaron las pruebas anuales y la visita con la Dra. Carme Macià (especialista de la Unidad de Retina y Vítreo). El optometrista que me hizo las pruebas para ver la mácula ya me adelantó que tenía un agujero macular. Yo nunca había oído esa palabra. Me dijo que era una patología importante que necesitaba cirugía. Así que ya me empezó a mentalizar de que tendría que operarme, y así fue.

En la visita, la Dra. Carme Macià me lo explicó todo muy bien. Me mostró las imágenes y me dijo: “aquí está la mácula, y aquí hay un trocito de mácula que se ha desprendido”. Luego me explicó en qué consistía la operación y todo lo que necesitaba saber.

¿Cómo fue la cirugía?

La doctora me explicó los riesgos que implicaba, mi pronóstico y que los resultados varían según cada caso, pero la cirugía fue bien. No sentí dolor en ningún momento, ni antes ni después de la operación. Me puse las gotas que me indicó la doctora y no hubo problemas.

¿Cómo fue la recuperación?

Durante la cirugía tuvieron que ponerme un gas dentro del ojo para que ejerciera presión donde estaba el agujero macular. Por eso, después de la operación tuve que estar unos días boca abajo, para que, por gravedad, el gas hiciera presión sobre la mácula. Creo que cada hora podía descansar unos quince minutos, pero el resto del tiempo, día y noche, mirando hacia el suelo. La doctora me explicó que era muy importante mantener esa posición los primeros días para tener un buen resultado, ya que aunque la operación saliera bien, si no hacía esto durante el postoperatorio, podría no obtener un buen resultado.

¿Cómo ves actualmente?

Cuando me pasó esto, por ejemplo, miraba los geranios y veía la maceta y la planta, pero al enfocar la flor, esta desaparecía, no la veía. Después de la cirugía, eso ya no me pasó más. Ahora, cuando dirijo la mirada, veo una ligera distorsión en ese punto donde estaba el agujero, pero puedo leer y hacer vida normal. Veo las caras de la gente, las letras, lo veo todo.

¿Qué recomendación harías después de tu experiencia?

Creo que es muy importante mantener la posición del postoperatorio para lograr un buen resultado, porque cuando estás ahí piensas: no me duele, me encuentro bien, ¿por qué tengo que estar así tantas horas? Pero parece que sí, que para el resultado final cuenta mucho.
También quiero recalcar la importancia de las revisiones. A mí no me dolía ni nada y pensaba que no era nada grave, lo fui dejando pasar. Pensaba que tal vez era la graduación de las gafas o que estaba cansada… En cambio, no presté atención a esos síntomas y resultó ser algo importante.

Lo que el caso de Victoria nos enseña

La experiencia de Victoria nos recuerda la importancia de prestar atención a las pequeñas señales que nos da nuestra visión y a no ignorar cambios aparentemente inofensivos, como distorsiones en las líneas o pequeñas zonas de visión borrosa. Las patologías maculares no presentan dolor, por lo que debemos estar atentos a cualquier cambio en la visión y acudir a Urgencias tan pronto como sea posible para descartar cualquier patología urgente.

Victoria, gracias a prestar atención cuando notó que algo no iba bien, pudo recibir el diagnóstico a tiempo y tratar el agujero macular con éxito, evitando una mayor pérdida visual. Finalmente, nos deja una recomendación clara: hacerse revisiones periódicas aunque no haya molestias visibles, ya que muchas patologías oculares no avisan y pueden avanzar sin síntomas evidentes.

Este caso es un ejemplo de éxito y de cómo la combinación de la experiencia médica, las técnicas quirúrgicas avanzadas y la colaboración del paciente pueden llevar a una recuperación visual muy satisfactoria.

Recuerda que en VERTE disponemos del Servicio de Urgencias 24h abierto los 365 días del año. Si quieres hacerte una revisión de la retina, pide tu cita con nuestra Unidad de Retina y Vítreo llamando al 934 155 637 o envíanos un WhatsApp AQUÍ. Si tienes alguna duda, estamos a tu lado para todo lo que necesites.