La decisión del Dr. David Andreu me salvó la vista
Entrevista realizada a Josep Maria Pinós.
Buenos días Josep María, cuéntenos qué problema visual tenía.
Hace muchos años, tuve un problema en un ojo y me pusieron una prótesis, eso significa que a partir de entonces solo podía ver a través de un ojo. Con el tiempo, en este ojo bueno tuve cataratas y me operaron en una prestigiosa clínica de Barcelona. Pero no fue tan bien como esperaba pues después de la operación me quedó un edema que no me acababan de solucionar nunca. Más tarde, sufrí también un desprendimiento de retina y ya no me atreví a seguir en la clínica que me estaba tratando.
¿Por qué acudió a ICO?
Mediante un amigo llegué al Dr. Andreu. Después de estudiar mi caso, el doctor me operó del desprendimiento de retina. Sin embargo, con el tiempo la retina se volvió a desprender. En la segunda operación me pusieron un líquido para sujetar la retina que se le llama aceite de silicona. La operación fue bien pero el aceite se iba ensuciando y cada vez veía menos. Este líquido en principio no puede sacarse ya que existe el peligro de que la retina se desprenda más, pero había que encontrar una solución porque si no hacíamos nada, me hubiera quedado ciego.
Ahora tiene el 95% de visión ¿Qué solución encontró el Dr. Andreu?
Hicimos alguna consulta a varios especialistas de renombre y decían que lo veían mal. Esta retina no quería estar pegada y, sobre todo, decían que no tocáramos el líquido, porque en ese momento, al menos, veía un poco. Incluso pensamos en irnos a Estados Unidos para buscar una solución. Finalmente, el Dr. Andreu decidió operarme de nuevo. Tenía la idea de sacar la silicona sucia y volver a ponerla limpia, pero la operación estaba saliendo tan bien que decidió no volver a inyectarla. Esa decisión me salvó la vista. Fue un milagro.
Han pasado unos cuatro años desde la última operación ¿cómo está ahora?
De tener la preocupación de quedarme ciego, pasé a tener el 95% de visión. Me siento sensacional. Después del tiempo sigo estando perfecto. Al Dr. Andreu le debo la vida. ¡Tengo 78 años y aún juego al golf y conduzco el coche sin ningún problema con este único ojo! En un caso como el mío otros hubieran abandonado y él no paró hasta encontrar la solución.