ICO una clínica diferente y única
"El trato que te dan y el fabuloso equipo de profesionales, hacen de ICO una clínica diferente y única "
Entrevista realizada a Sílvia López, operada de hipermetropía con Lasik.
Hace unos meses decidí operarme de la vista. De niña no me habían detectado que el ojo derecho dominaba sobre el izquierdo y que tenía un ojo vago. Con los años, además, a este ojo se le fue sumando hipermetropía hasta alcanzar cuatro dioptrías. Entre una cosa y la otra, mi visión en el ojo izquierdo era, antes de la operación, de un 30%.
En realidad no me hacía falta operarme, porque con el ojo derecho veía bien, y con los años me había acostumbrado a mirar el mundo a mi manera. Pero en realidad, cuando la DOO Montse Ortiz me dijo en una revisión rutinaria que podía operarme con LASIK y quitarme dioptrías, me hizo pensar. Lo más probable es que cuando mirara con los dos ojos no notara la diferencia, me dijo, pero cuando cerrara el derecho notaría una gran mejora, incluso de cerca, porque, aunque mi ojo vago no me dejaba alcanzar el 100 % de la visión, podría llegar al 70%.
Con los días empecé a ilusionarme. Saber que podía ver mejor, aunque solo fuera un poco, me motivaba cada día más. Antes de visitarme en ICO, mejorar mi visión sin gafas era algo impensable, ahora, gracias a ICO era una opción que estaba en mis manos, y me decidí. Seguramente lo notaría en el trabajo y en mi vida cotidiana, pero también al hacer bici, mi deporte favorito. Me hicieron las pruebas necesarias y, con los resultados vieron que era apta para operarme con Lasik y quitarme tres dioptrías. Así que no lo dudé y pedí información para seguir adelante.
Hace unas semanas fue el gran día. Llegué a la Clínica CEM un poco antes de las 10 de la mañana y enseguida Eva, de coordinación quirúrgica, me recibió con una gran sonrisa, haciéndome olvidar enseguida los nervios que llevaba encima. Nos explicó a mi marido y a mí, con gran dulzura y amabilidad, los primeros pasos. Luego, mi marido se quedó en la sala de espera y yo fui a una sala donde se encontraba el Dr. Héctor Fariña. Me hizo varias pruebas, pocas, y me explicó con detalle todos los pasos de la operación para que conociera de antemano las sensaciones que iba a experimentar y no me asustara.
Seguidamente pasé a una sala anterior a la sala de operaciones para prepararme. Me dieron bata, cubre zapatos y gorrito y mientras me los ponía se sentó a mi lado una chica que acababan de operar en ese preciso instante. Tenía los ojos algo llorosos, pero una expresión de alegría enorme. Se notaba que estaba contenta por cómo había ido la operación. Sin darme tiempo a pensar, vinieron a buscarme.
Al entrar en el quirófano me estaba esperando el equipo que me operaba con una sonrisa. Me tumbé en la camilla y, tras un breve y tranquilizador intercambio de palabras, el Dr. David Andreu empezó con la operación. En todo momento me iba indicando, no solo lo que me estaban haciendo sino también las sensaciones que yo iba a experimentar, con lo cual no me asusté en ningún momento, porque sabía que lo que estaba sintiendo era normal. Durante la operación no noté nada de dolor, solo una leve presión y un ligero olor algo familiar. ¡La operación duró tan solo unos cuatro minutos! y desde que había entrado a la clínica, solo habían transcurrido treinta y cinco minutos. Todo había sido muy fácil, rápido y mucho más sencillo de lo que me había esperado.
Es muy difícil explicarlo con palabras, pero la sensación que tuve es, sencillamente, de una gran profesionalidad y de una atención al paciente espectacular. Salí muy contenta, con la seguridad de que había estado en las mejores manos. El trato que te dan y el fabuloso equipo de profesionales, creo que hacen a ICO, una clínica diferente y única.