Glaucoma y sexualidad
Los efectos secundarios del tratamiento del glaucoma sobre la función sexual ¿son un mito o una realidad?
La función sexual se inicia mediante estímulos físicos sensoriales, principalmente visuales, influenciados por los niveles de testosterona y por los estímulos mentales, las fantasías. Estos estímulos, generan el llamado deseo o líbido capaz de detonar la respuesta física de la excitación que permite alcanzar el clímax.
Existen diferencias entre ambos sexos. Por un lado, el trastorno del interés y la excitación de las mujeres es más indefinido, en cambio, en los varones, la perdida de la libido y, sobre todo, la disfunción eréctil y sus variantes son muy definidas y fáciles de medir. Por tanto, se han podido estudiar con mayor detenimiento.
Dra. Susana Duch, directora científica de VERTE Oftalmología Barcelona:
“La interferencia entre el uso de ciertos fármacos para el tratamiento del glaucoma y la función sexual es conocida desde los años setenta, cuando aparecen registros de casos clínicos que relacionan el uso de fármacos betabloqueantes no selectivos para el tratamiento de la hipertensión arterial con la disfunción eréctil. El Maleato de Timolol, es un betabloqueante no selectivo utilizado para el tratamiento del glaucoma que ha mostrado estos efectos secundarios en ciertos pacientes”.
La coexistencia de varias enfermedades (depresión, hiperprolactinemia, alcoholismo) genera dificultad a la hora de estudiar los efectos de ciertos fármacos.
“Los resultados de los estudios han sido controvertidos, en primer lugar, por la comorbilidad que presentan los pacientes glaucomatosos y, en segundo lugar, por el gran componente psicológico que envuelve la función sexual, la relación bidireccional con la depresión, y la facilidad de aparición de efecto nocebo. A esta dificultad tenemos que añadir la reluctancia de los pacientes a comunicar cualquier problema que culturalmente es considerado tabú. Existen bases fisiopatológicas que explican la relación entre la disfunción sexual y aquellos fármacos que actúan sobre el sistema vegetativo, la vía dopaminérgica y serotoninérgica. La mezcla de dichos fármacos tiene un efecto sumatorio, que explicaría la diferencia de respuesta entre los distintos pacientes”.
Los estudios epidemiológicos no han encontrado asociación entre la disfunción sexual y el tratamiento betabloqueante tópico, pero sí con la enfermedad.
“Paralelamente a los casos aislados descritos en la literatura y a los datos recogidos por los servicios de salud, los estudios epidemiológicos más recientes no han podido demostrar una relación directa con el fármaco, pero sí con la enfermedad glaucomatosa que parece compartir factores de riesgo y mecanismos microvasculares comunes”.
Existe un gran componente psicológico en la disfunción sexual, que favorece el posible efecto “nocebo” (empeoramiento de los síntomas ante expectativas negativas de un medicamento o terapia. Sería el concepto contrario al efecto placebo).
“Un estudio retrospectivo de casos control relacionó 1380 casos de pacientes con disfunción eréctil con presencia de glaucoma y el uso del tratamiento con betabloqueantes tópicos, concretamente del Maleato de Timolol, los 30 días previos al diagnóstico de la disfunción eréctil. Curiosamente, se encontró una asociación entre la disfunción eréctil y el glaucoma, pero no se encontró la esperada relación entre el tratamiento betabloqueante ni ningún otro tratamiento con la disfunción eréctil. Por lo que los autores apuntan a un efecto NOCEBO. Es decir, que si el paciente cree que este fármaco le va a afectar, realmente sí le afecta, sin tener ninguna culpa el fármaco, solo por el impulso psicológico”.
"Si el paciente cree que este fármaco le va a afectar, realmente sí le afecta, sin tener ninguna culpa el fármaco, solo por el impulso psicológico”.
El efecto “suma” de la comorbilidad en la disfunción eréctil debe tenerse en cuenta al recetar betabloqueantes tópicos.
“El efecto sumatorio de las patologías previas y del uso de distintos tratamientos médicos, que tanto por vía central como por vía periférica pueden afectar la libido y a la excitación física, facilita que la adición de un nuevo tratamiento betabloqueante tópico pueda ser el detonante de la aparición de los síntomas físicos detectables por el paciente”.
Los oftalmólogos debemos estar alertas y abiertos a ofrecer información, para poder detectar a aquellos pacientes sintomáticos que se beneficiarían de un cambio de tratamiento.
“Nuestra actitud activa y neutra sobre la posible implicación no solo de ciertos tratamientos, sino de la enfermedad en sí, puede ayudar a nuestros pacientes a detectar el problema, que a día de hoy es frecuente, y buscar una solución que no afecte su condición visual”.
Este trabajo fue presentado por la Dra. Susana Duch en el XIII Congreso de la Sociedad Española de Glaucoma (SEG). Queremos agradecer la valiosa colaboración de la Dra. Francisca Molero, ginecóloga, sexóloga, directora del Institut Clínic de Sexología de Barcelona, del Instituto Iberoamericano de Sexología y presidenta de la Federación Española de Sociedades de Sexología.
Para más información contactar con la Unidad de Glaucoma de VERTE Oftalmología Barcelona a través de: Contacto
VERTE Oftalmología Barcelona