“No podía salir a la calle. ¡Ahora estoy en la gloria!”

Hay enfermedades oculares en las que la genética interviene de manera importante en su transmisión a lo largo de generaciones. Este es el caso de este encantador matrimonio, Paz y Josep, pacientes de VERTE Oftalmología Barcelona, cuyas enfermedades, aunque no están relacionadas entre ellas, la herencia genética ha tenido un papel muy importante en su salud ocular.

Hablamos con Paz y Josep, pacientes trasplantados de córnea.

¿Qué trastorno ocular les diagnosticaron?

Josep. Tengo una enfermedad crónica hereditaria desde hace más de sesenta años. Antes la llamaban queratitis herpética y ahora distrofia reticular.
Paz. La Dra. Magela Garat, de la Unidad de Córnea y Superficie Ocular de ICO, me diagnosticó distrofia de Fuchs. Es curioso, porque mi enfermedad también es hereditaria, pero no tiene nada que ver con la de mi marido.

¿Cuándo empezaron a notar los primeros síntomas?

Paz. A mí los síntomas me empezaron poco a poco, antes del verano. Primero comencé a ver una niebla en el ojo derecho; miraba las luces de noche y veía una V en vez de un círculo. Ya en la fase final, me lloraba mucho el ojo y no podía ver.
Josep. Empezó cuando tenía dieciocho años. Al principio era como si tuviera un granito de arena en el ojo. Luego, a los veintitantos, ya se complicó. Con el tiempo se han ido añadiendo síntomas como el dolor, la visión borrosa, la molestia con la claridad, etc.

Josep, usted hizo un estudio hereditario de su familia ¿no es así?

Josep. El origen de mi enfermedad se remonta a los tiempos en que los franceses invadieron España. En el ejército francés había antepasados míos que tenían esta enfermedad, estoy hablando de principios de 1800. El doctor Antonio Henríquez de ICO, ahora ya jubilado, presentó mi estudio en un congreso en la ciudad de Boston en Estados Unidos, que ayudó a refrendar que la distrofia reticular es una enfermedad de transmisión genética.

La Dra. Garat consideró que la mejor solución era un trasplante de córnea… ¡A los quince días ya estaba bien!

El trasplante de córnea les ayudó a recuperar su vida…

Paz. Como la medicación que me estaba tomando no me solucionaba el problema, la doctora consideró que la mejor solución era un trasplante de córnea. El día 1 de julio entraba en quirófano y… ¡a los quince días ya estaba bien!
Josep. Llevo tres trasplantes de córnea. El primer trasplante me lo hizo el Dr. Henríquez hace mucho tiempo, y los dos siguientes me los ha realizado la Dra. Garat y el resultado ha sido fantástico. Hace ya muchos años que vengo a ICO y estoy realmente muy contento.

¿Cómo ha sido el antes y el después al trasplante? ¿Cómo han mejorado sus vidas?

Josep. Mi principal preocupación diaria era poder leer y ser capaz de ver los mensajes del teléfono y los números. Antes de la operación no lo podía hacer, utilizaba una lupa. También tenía dificultades para conducir. Era un desastre. Tenía tres gafas, unas de cerca, unas de media distancia y otras de lejos. Las progresivas, no me fueron bien. Sin embargo, con los dos trasplantes he quedado formidable.

Antes no podía coser a máquina o salir a la calle.
Ahora parece que estoy en el cielo, como un milagro.

¿Y usted Paz? ¿Cómo se siente después del trasplante de córnea?

Paz. ¡Ahora estoy en la gloria! Antes no podía coser a máquina o salir a la calle y en casa tenía que estar a oscuras. Ahora parece que estoy en el cielo, como un milagro. Puedo salir a la calle y el sol no me molesta, puedo enhebrar la aguja y en casa no utilizo gafas, solo para coser, leer la letra pequeña o limpiar el pescado. En la calle llevo gafas de sol normales, sin graduar.
Estoy muy contenta y quiero mucho a la Dra. Garat. Y mi marido también –dice Paz mirando a Josep con complicidad.