El niño que solo comía patatas

21/10/2016

El déficit de vitaminas en el organismo puede perjudicar la salud, incluso provocar graves problemas en la visión.

Mantener una alimentación sana y variada y unos hábitos saludables, sabemos que es fundamental para prevenir enfermedades y disfrutar de una buena calidad de vida. ¿Pero qué puede ocurrir si nuestra alimentación no es la adecuada? ¿Puede afectar a nuestra vista?

El Dr. Jesús Díaz, miembro de la Unidad de Retina y Vítreo de VERTE Oftalmología Barcelona, comparte esta experiencia para concienciarnos de lo importante que es una buena alimentación en nuestras vidas.

El caso real de un niño que solo comía patatas.

Cuando el niño de diez años, sin antecedentes conocidos de ninguna enfermedad ocular, llegó a la consulta del Dr. Díaz, llevaba entre dos o tres meses perdiendo visión. Tenía un edema corneal (inflamación de la córnea) que no había permitido ver a los especialistas ni la cámara anterior del ojo ni el fondo y una agudeza visual de 0,25 en ambos ojos. El niño era incapaz de leer, pues un valor de 0,25 está por debajo de los estándares de lectura.

La conjuntiva (la membrana mucosa que rodea el globo ocular) tenía muy mal aspecto. Estaba seca, cuarteada y sin epitelio, en un grado muy elevado. Tenía, además, una característica mancha de aspecto espumoso, clásica en pacientes de ceguera nocturna. El niño tenía hipovitaminosis A.

La hipovitaminosis A es una deficiencia de vitamina A, una vitamina esencial para la visión.

La hipovitaminosis A es una deficiencia de vitamina A, una vitamina esencial para la visión. Hoy en día, es excepcional y se ve en raras ocasiones, por ejemplo puede darse en pacientes caquécticos, en fase terminal, con trastornos de conducta alimentaria (anorexia, etc.); en pacientes de cirugía bariátrica (para tratar la obesidad); a causa de dietas para no absorber o ingerir grasas, o de tratamientos con algunos fármacos para inhibir grasas.

El niño sufría alergias alimentarias y rechazaba cualquier tipo de alimento que no fuera patata.

Pero no era el caso del niño. El niño sufría alergias alimentarias y rechazaba cualquier tipo de alimento que no fuera patata, evitando los principales alimentos como las frutas, las verduras, el pescado, las legumbres, etc. De esta manera, se le puso una sonda nasogástrica y, aunque la causa principal era la carencia nutricional, se le ingresó en psiquiatría para corregir sus hábitos alimentarios.

A las cuatro semanas el niño estaba bien.

No debemos olvidar que una buena alimentación es fundamental para que los niños crezcan sanos y fuertes. Inculcarles buenos hábitos les enseñará, además, a alimentarse bien en el futuro.

Dr. Jesús Díaz
Unidad de Retina y Vítreo

Creado: 21/10/2016 / Actualizado: 05/10/2024

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