Despertar y ver bien sin gafas.

Entrevistamos a Gloria Mendoza, una paciente operada de los dos ojos con lentes intraoculares monofocales tóricas. Gloria tenía astigmatismo, miopía, vista cansada y un inicio de cataratas, lo que le condicionaba muy mala calidad visual.

Aunque su idea inicial era ponerse lentes trifocales (para ver bien tanto de lejos como de cerca), dadas sus condiciones anatómicas y visuales debidas a la alta miopía y al astigmatismo, nuestra recomendación más segura era la lente monofocal tórica (astigmática) y usar gafas para ver de cerca.

Pasados ya unos días después de la intervención, Gloria está muy contenta de poder ver de lejos sin gafas e incluso, de haber ganado visión. A continuación, comparte su historia con nosotros.

¿Qué problema ocular tenías antes de operarte? ¿Necesitabas las gafas para hacer las actividades básicas del día a día?

¡Sin gafas no veía nada! Antes de operarme tenía miopía, astigmatismo y vista cansada. En el ojo derecho tenía seis dioptrías de miopía y en el ojo izquierdo cuatro.  El astigmatismo también era alto y mi visión con gafas no era del 100%. Tenía que ir con gafas sí o sí. Antes usaba lentillas, pero en cuanto empecé con la vista cansada, dejé de usarlas.

¿Hacía mucho que querías quitarte las gafas?

Sí. Yo conozco a la Dra. Shirin Djavanmardi desde hace tiempo y me lo había recomendado alguna vez. Es como que lo tienes en mente, pero no te decides del todo. Después de que una amiga se operara en vuestro Centro y me comentara lo contenta que estaba, llamé a la Dra. Shirin y le comenté que quería hacerme una primera visita.

En tu caso se determinó que tendrías que seguir llevando gafas de cerca.

La D.O.O Montse Ortiz y el cirujano Dr. David Andreu me hicieron varias pruebas y me comunicaron que en mi caso, era más seguro corregir solo la vista de lejos. De cerca iba a seguir llevando gafas. Me desanimé un poco… No me decidí a operarme hasta que hice un principio de cataratas en el ojo derecho.

Nos dejaste una reseña muy positiva en la que decías: “…Mil gracias, es increíble despertar y ver bien, sin gafas. Jamás había visto tan bien de lejos”.

Sí, fue muy buena experiencia. Después de la primera intervención, desperté al día siguiente viendo perfecto. Además, me ha aumentado la visión. Veo mejor que antes con gafas. Es como si me hubieran puesto un cristal más limpio. Ahora puedo conducir mejor que con las gafas.

Tengo que decir que a mi mente todavía le cuesta asimilar que ya no las llevo, ¡sigo haciendo el gesto de ponérmelas y quitármelas!

Menudo cambio notarás este verano. Las gafas son incompatibles con el agua… ¡y la mascarilla!

Aunque aún no lo he hecho, tiene que ser una pasada ir al mar. Como no llevo lentillas, cuando quería salir del agua y volver a mi toalla, tenía que hacer mucho esfuerzo en encontrar la sombrilla del vecino.

En la piscina del gimnasio también pasaba miedo de pegarme un resbalón y tener que agarrarme dónde pudiera.

Con la mascarilla, ni te cuento. Una suerte poderla llevar sin que se me empañen los cristales de las gafas.

La opinión del cirujano:

La cirugía refractiva que trata de resolver la vista cansada en casos complejos ha de ser minuciosamente personalizada. Aunque no lo parezca, en este tipo de decisiones se tiene en cuenta muchas variables. Hemos de encajar bien el estilo de vida visual del paciente y sus expectativas e ilusiones con la realidad de lo que podemos obtener con la intervención.

Además hay factores limitantes como la presencia de un estrabismo, la visión limitada por ojo vago, o problemas de retina o glaucoma, que hay que tener muy en cuenta.

Las lentes trifocales dan un resultado extraordinario en la gran mayoría de los casos pero en algún paciente puede no ser la mejor solución. En esos casos la información es fundamental para que el paciente esté satisfecho con la única limitación de necesitar unas gafas de vista cansada. Como en el caso de Gloria, la eliminación de la graduación previa que suele combinar altos grados de miopía o hipermetropía con astigmatismo, es ya un cambio radical para dar un vuelco a su calidad visual y, en consecuencia, a su calidad de vida.

Valores como la profundidad del estudio previo, la disposición de la más actualizada tecnología diagnóstica, el tiempo dedicado a la información y la empatía que podemos conseguir entre los profesionales de la visión y el paciente, son fundamentales.

En VERTE Oftalmología Barcelona cuidamos mucho estos aspectos, y casos como el de Gloria nos confirman que éste es el camino para lograr la ansiada excelencia de nuestros servicios oftalmológicos.

Dr. David Andreu

Director Médico

VERTE Oftalmología Barcelona