Es una cirugía muy especializada que se realiza con mucha frecuencia por oftalmólogos oculoplásticos, se realiza con anestesia local y una ligera sedación y puede durar entre 30 y 90 minutos, sin causar dolor durante la intervención al estar la zona dormida y los pacientes relajados.
Si se realiza extirpando piel, se darán unos puntos de sutura que se retiran a la semana, pudiendo hacerse vida normal sin esfuerzos físicos durante este tiempo, siguiendo unos cuidados básicos, como limpiar la herida, aplicar hielo y poner una pomada en el ojo por la noche.