El glaucoma inicial no produce síntomas, pero a medida que la enfermedad evoluciona, hemos de ser conscientes de nuestra limitación de campo visual que es muy difícil de percibir por el paciente. El córtex cerebral tiene un mecanismo de compensación que rellena los vacíos (escotomas) del campo visual con información de las zonas cercanas. Este "relleno" evita que el paciente vea negras las zonas de campo perdidas, engañando a la percepción. Cuando el escotoma o vacío es demasiado grande para poder ser rellenado por este mecanismo de compensación, es cuando el paciente es consciente de la pérdida, y es vivido como un empeoramiento brusco, a pesar que es una enfermedad lenta y progresiva.