En materia de glaucoma, se sabe que las córneas gruesas hipervaloran el valor de la medición de la presión intraocular y las finas lo infravaloran. Mediante unos algoritmos relacionados con el valor del espesor corneal, los especialistas en glaucoma reajustan estos valores de presión intraocular determinando así un valor más preciso y fiable. Así evitamos que personas con glaucoma puedan no diagnosticarse por tener una presión intraocular falsamente baja o que personas normales con la presión aparentemente alta queden etiquetados de glaucomatosos.