Es aconsejable mirar la rejilla de Amsler una vez a la semana. En intervalos de una semana se pueden encontrar diferencias fiables. Si se hace un estudio de la rejilla con intervalos demasiado cortos la situación puede ser muy angustiosa para el paciente. Es conocido que los pacientes con baja visión tienen tendencia a notar que pierden visión, aunque en realidad no la estén perdiendo. Esto se debe a que la frustración por no ver mejor induce a una sensación de empeoramiento.
En todo caso, si en cualquier momento se tiene la sensación de que las imágenes se deforman o que aparece una mancha borrosa, el test de Amsler puede ayudarnos a confirmarlo y a tomar la decisión de acudir al servicio de urgencias.