+34 934 155 637

Conjuntivitis

Casi siempre benigna, es la causa más frecuente de que el ojo se ponga rojo.

¿En que consiste la conjuntivitis?

La conjuntivitis consiste en una inflamación de la capa más superficial del ojo, llamada conjuntiva.

¿Se conocen las causas?

Existen numerosas causas que pueden producir conjuntivitis. Entre las más frecuentes encontramos las infecciosas (bacterianas, víricas), alérgicas, tóxicas, traumáticas.

¿Qué síntomas produce?

Las conjuntivitis producen síntomas tales como enrojecimiento, irritación, sensación de cuerpo extraño, lagrimeo. Las de origen bacteriano suelen acompañarse de secreción muco-purulenta.

¿Algunas personas tienen más riesgo de padecerlo? 

Pueden tener más riesgo de padecerlas las personas inmunodeprimidas (con disminución de las defensas), o las personas con determinadas alergias conocidas.

¿Cómo se trata la conjuntivitis?

Se trata en función de cual sea la causa que la produce. Existen diferentes tipos de tratamientos como antibióticos o antihistamínicos en gotas (tópicos). La gran mayoría de ellas mejoran con el uso de antiinflamatorios tópicos ya sea corticoides o antiinflamatorios no esteroideos.

¿Se puede prevenir?

En el caso de las conjuntivitis infecciosas se pueden prevenir evitando el contacto directo con personas que sufran la infección y teniendo especial cuidado con toallas, sabanas o otros elementos que se compartan en la vida diaria. En el caso de las conjuntivitis alérgicas estacionales, que son aquellas que aparecen sobretodo en la primavera, se pueden prevenir utilizando colirios que previenen la reacción  alérgica, antes de que se produzca el contacto con el alérgeno.

¿Puede ser grave?

En principio las conjuntivitis no suelen ser procesos graves. No obstante existe una excepción, muy poco frecuente,  que es la conjuntivitis gonocócica, producida por un germen llamado Neisseria Gonorrhoeae. Este tipo de conjuntivitis infecciosa, se adquiere por trasmisión sexual, y se manifiesta con una inflamación muy intensa con mucha secreción purulenta, que puede evolucionar muy rápidamente a la perforación ocular si no se instaura el tratamiento adecuado.

Las conjuntivitis adenovíricas son inflamaciones benignas, pero en algunos casos pueden dejar como secuela unos infiltrados (depósitos) en la córnea, que en una minoría de casos no se resuelven con el tratamiento antiinflamatorio y pueden llegar a producir pérdida visual por disminución de la transparencia de la córnea. De entre las conjuntivitis infecciosas frecuentes,  ésta es la más temida por sus consecuencias.

Cita online